En la educación liberadora, ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie
se educa a si mismo, los hombres se educan en comunión, mediatizados por el
mundo. El educador ya no es solo el que educa, sino que, en tanto educa es
educado a través del dialogo con el educando, quien al ser educado, también
educa. Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en el que crecen juntos
y en el cual los argumentos de la autoridad ya no rigen.
Así una educación liberadora debe ser una educación dialógica. No hay
dialogo si no existe fe en los hombres, en su capacidad de crear, de ser mas.
El hombre dialógico sabe que el poder de hacer, de crear, de transformar es un
poder de los hombres y sabe también que ellos tienen, enajenados en una situación
concreta ese poder disminuido. El hombre dialógico sabe que este poder puede
constituirse, no gratuitamente, sino mediante la lucha por su liberación. Con
la instauración del trabajo libre y no esclavo, trabajo que otorgue la alegría
de vivir. Sin esta fe en los hombres es dialogo se transforma en manipulación
paternalista. Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar de
humanismo y negar a los hombres una mentira. La deshumanización, que resulta
del orden injusto, no puede ser razón para la perdida de la esperanza, sino,
por el contrario, debe ser motivo de una mayor esperanza, la que conduce a la
búsqueda incesante de la instauración de la humanidad negada en la injusticia.
Para el pensar ingenuo lo importante es la acomodación al presente normalizado,
para el pensar critico, la permanente transformación de la realidad, con vistas
a una permanente humanización de los hombres.
Para el educador-educando dialógico , el contenido programático de la
educación no es una donación, o una imposición, sino la devolución organizada,
sistematizada y acrecentada al pueblo de aquellos elementos que este le entrego
en forma estructurada. Quien actúa sobre los hombres para, adoctrinándolos,
adaptarlos cada vez mas a la realidad que debe permanecer intocada, son los
dominadores. lamentablemente en este engaño de la verticalidad de la
programación caen muchas veces los revolucionarios. El empeño de los humanistas
no puede ser el de la lucha de sus slogans con los slogans de los opresores,
teniendo como intermediarios a los oprimidos, como si estos fuesen alojadores
de los slogans de unos y otros. Debe centrarse en que los oprimidos tomen
conciencia de que por el hecho mismo de estar siendo alojadores de los
opresores, como seres duales, no están pudiendo ser. Lo que se debe hacer es
plantear al pueblo, a través de ciertas contradicciones básicas, su situación
existencial, concreta, presente, como problema que a su vez lo desafía, y
haciéndolo le exige una respuesta, no a nivel intelectual, sino a nivel de la
acción.
Los hombres se encuentran con las denominadas “situaciones limites”, que
limitan su actividad, su capacidad de acción, por los acondicionamientos que se
les ha impuesto en la vida, pero que no son barreras infranqueables. En el
momento mismo en que los hombres los aprehendan como frenos se revela como lo
que realmente son, dimensiones concretas e históricas de una realidad
determinada. Dimensiones desafiantes de los hombres que inciden sobre ellas a
través de las acciones que Vieira Pinto llama “actos limites” aquellos que se
dirigen a la superación y negación de lo otorgado., en lugar de implicar su
aceptación dócil y pasiva. Por ello los temas se encuentran en las relaciones
hombres-mundo. El conjunto de temas en interacción constituye el universo
temático de la época. Frente a este universo de temas que dialécticamente se
contradicen, los hombres toman sus posiciones, también contradictorias,
realizando tareas unos en favor de la manutención de las estructuras, otros en
favor del cambio. Los temas se encuentran encubiertos por las “situaciones
limites” que se presentan a los hombres como si fuesen determinantes
históricas, aplastantes, frente a los cuales no cabe otra alternativa, sino
adaptarse a ellas. De este modo, los hombre no llegan a superar las” situaciones
limites” ni a descubrir y divisar mas allá de ellas y en relación
contradictoria con ellas, el inéditos viable. De este modo se impone a la
acción liberadora, que es histórica, sobre un contexto también histórico, la
exigencia de que este en relación de correspondencia, no solo con los temas
generadores, sino con la percepción que de ellos estén teniendo los hombres.
Esta exigencia implica necesariamente una segunda: la investigación de la
temática significativa. Los temas generadores pueden ser localizados en
círculos concéntricos que parten de lo mas general a lo mas particular. como
tema fundamental esta el de la liberación que implica a su contrario, el tema
de la dominación.
En
la medida en que la captación del todo que se ofrece a la comprensión de los
hombres, este se les presenta como algo espeso que les envuelve y que no llegan
a vislumbrar, se hace indispensable que la búsqueda se realice a través de la
abstracción, es decir partir de lo abstracto hasta llegar a lo concreto. Así se
consigue un reconocimiento del sujeto en el objeto y del objeto como la
situación en que esta el sujeto. Con ello se consigue una superación de la
abstracción con la percepción critica de lo concreto.
Esto es música para mis oídos, me fascina esta idea de educar en comunión.
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